Quién le iba a decir a los antiguos que en este pueblo de Lobras, llegaría el día que habría una sola parva y además sería una fiesta, pues en aquellos tiempos, entre los meses de julio y agosto había tantas parvas que era necesario echar un sorteo de números para organizar el orden de la trilla.
La parva era el trabajo más importante del año y el más fatigoso también, ya que entre el calor del verano y el polvo de la paja, podían "Sacar a cualquiera de quicio" pero no, la gente estaba contenta y feliz, sobre todo, si había buena cosecha que asegurara el pan del año.
"Ya me voy a marchar,
Aquí te cedo mi lado,
porque tu acabas de empezar,y yo ya la he terminado".
A lo que le contestó el otro:
"Sabes lo que te digo,
con este calor que derrite,
anda con Dios amigo,
que otro vendrá al tu irte".
A veces el afán de colaboración les llevaba a ayudarse unos a otros en el aviento o con "Torna peones", ya que en esos menesteres se necesitaba mucho personal. Y que fresquita estaba el agua de la Fuente Márquez, aunque a las tres de la tarde el vino sentaba mucho mejor, sobre todo si echabas un cigarro a la sombra de los almendros de Mariquita (mi madre),
almendros que estaban junto a la era. Al terminar la parva aquellos hombres exhaustos, se cogían a la cola del mulo para aliviar la subida de la Cuesta de los Granadillos en dirección al pueblo.
Como hubieran agradecido tener un móvil (de los actuales) para decirle a su mujer: "Niña ve haciendo las migas que ya he terminado la faena".
¡Cuanto ha cambiado la vida! Y en muchos casos , gracias a Dios, para mejor.
Federico Barbero (Lobras)
Aquí os dejo fotos de la parva y de la Fritaílla tan rica que prepararon los Mayordomos. Una fiesta estupenda para mayores y niños.
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